Cosas que puedes hacer para sentirte mejor cuando sufres nauseas/vómitos:
Toma suficientes líquidos para evitar la deshidratación.
Si por las nauseas te cuesta retener los líquidos en tu estómago, toma pequeñas cantidades de líquidos claros con frecuencia.
Evitar comer y beber mientras persisten las náuseas y los vómitos.
Una vez transcurridas 2 – 4 horas después del vómito, empieza progresivamente a volver a tomar líquidos, preferiblemente agua, en cantidades pequeñas y algo fría.
Si toleras bien los líquidos, continua con una dieta de fácil digestión:
rica en hidratos de carbono,
baja en grasas
sin ingredientes picantes
exenta de alcohol, café, bebidas gaseosas y alimentos muy ácidos.
Los alimentos deben cocinarse hervidos o a la plancha.
Una comida tipo podría ser: puré de patata, pollo a la plancha y manzana cocida.
Come lentamente, comidas de pequeñas cantidades pero con más frecuencia.
Evita los olores fuertes, ya que a veces pueden provocar náuseas y vómitos.
Si estás embarazada y tiene náuseas matutinas, come galletas saladas antes de levantarse por la mañana.
Adaptar la dieta a la situación personal (niños, embarazadas, ancianos, presencia de alguna enfermedad, etc.).
Signos y síntomas que preceden a las nauseas y vómitos por una estimulación del sistema nerviosos simpático y parasimpático, y a menudo mejoran después de vomitar:
Palidez
Inapetencia
Mareo
Sudoración (sudores fríos)
Aumento de la salivación
Cambios del número de pulsaciones cardíacas
Cambios de las cifras de la tensión arterial.
En ocasiones hay tos seca, irritativa y persistente.
El ingreso hospitalario está indicado solo en niños que presentan signos de deshidratación.
Causas que pueden originar vómitos:
infecciones virales: La gastroenteritis infecciosa aguda es la causa más frecuente de vómitos en la infancia y suele acompañarse de diarrea; primero hay vómitos proyectivos (a chorro) por inflamación del estómago, y posteriormente los causa la producción de cuerpos cetónicos por la inapetencia o ayuno prolongado. Suelen remitir solos.
intoxicaciones alimentarias o medicamentosas: se suelen dar en niños de 1 a 5 años y conviene llevarlos a Urgencias para que se descarten daños orgánicos.
alergias a alimentos,
efectos secundarios de medicamentos,
migrañas,
obstrucción digestiva: enfermedad hipertrófica del píloro o obstrucción intestinal,
tos: por proximidad en el cerebro entre los receptores nerviosos que causan la tos y el vómito.
mucosidad: que puede irritar la mucosa si se mezcla con jugos gástricos, y provocar el vómito
1r trimestre del embarazo,
alcoholismo,
quimioterapia.
problemas psicológicos: Una situación desagradable o estresante, un importante conflicto psicológico.
Algunas personas al viajar en vehículos, barcos y aviones sufren el llamado mareo cinético, que se produce por excesiva estimulación del vestíbulo del oído interno, que informa al cerebro de cambios en la posición del cuerpo en el espacio, y que no coincide con los datos que captan los ojos.
Cuando el mareo se presenta es difícil de atajar, y por tanto conviene prevenir su aparición.
Antes de iniciar cualquier viaje se deben tomar medidas higiénico-dietéticas básicas, y en personas con tendencia a marearse deben tomar algún medicamento anticinetosis.
Consejos para evitar el mareo cinético del viajero:
Antes, y durante el viaje, comer poco o comidas sencillas poco calóricas.
No beber alcohol.
Viajar en ayunas tampoco es bueno, puesto que la hipoglucemia también puede desencadenar mareos.
Situarse siempre en las zonas de menor movimiento:
En los barcos, en mitad de la nave cerca del nivel del agua, y en los aviones, sobre las alas.
Vestir ropa ligera, cómoda y holgada. Intentar empezar el viaje bien descansado, habiendo dormido las suficientes horas.
La mejor posición es semi-recostado, con la cabeza bien apoyada.
No leer, ni realizar actividades que obliguen a fijar la vista. Mirar siempre hacia delante.
Es importante que el vehículo esté bien ventilado y sin olores fuertes.
Evitar el tabaco.
Las inspiraciones profundas pueden aliviar la sensación de náusea.
Descansar cada vez que el cuerpo lo pida.
No deben confundirse con los vómitos las regurgitaciones de leche del lactante tras las tomas, causadas por inmadurez de su esfínter cardias antireflujo (a la entrada del estómago), que sufren cuando ingieren más líquido del que pueden asimilar. Son muy comunes hasta el 4º mes, se resuelven espontáneamente a partir del año de vida, y mejoran adoptando una serie de medidas higiénicas como:
Mantener al bebé erguido unos minutos después de cada toma.
Procurar que expulse el aire ingerido durante la toma con golpecitos suaves en la espalda.
Esperar a que vacíe un pecho antes de comenzar con el otro, ya que la leche del final de la toma es más espesa y evita la regurgitación.
No esperar a que tenga mucha hambre para que no coma con ansiedad y trague más aire.
Evitar sobrealimentar al bebé, dándole sólo la cantidad de leche que realmente necesita.
Si toma biberón el agujero de la tetina no debe ser demasiado grande, para que no coma muy rápido, ni demasiado pequeño, para que no trague más aire.
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